5 de octubre de 2014

Conexiones.

A veces suceden cosas que me hacen conectar con el pasado. Supongo que a ti también. Te cuento lo mío:

En mi adolescencia tenía un amigo al que le encantaba la música rap, sobre todo la que venía de los States. Se nutría de grupos que al principio no eran santos de mi devoción, pero que acababa escuchando porque no tenía más remedio, ya que eran muchas las horas que pasábamos juntos. Por un lado, me agradaba su compañía, por supuesto, pero confieso que también terminaron haciéndolo esas bandas de negros que destilaban un odio extremo hacia todo lo que se movía en aquella época. Me refiero por ejemplo a Ice Cube, The Public Enemy, Ice T, LL Cool J, entre otros. Dios, el rap era increíble a principios de los 90, ahora no tanto.

En 1992, llegó a manos de mi colega Ben, una cinta que le había grabado otro amigo suyo. Me llamó ansioso, no por el smartphone, que por entonces no existía, sino por un portero automático. Ben quería que escuchase el material lo antes posible, así que nos fuimos a su casa para darle al play de aquel maravilloso equipo de música estéreo que tenía, y que en aquellos tiempos no todo el mundo se podía permitir, menos a nuestra edad, pero que ambos habíamos conseguido gracias a los sueldos de nuestros primeros trabajos. La cinta no tenía nada escrito, lo importante estaba dentro. Tuvo que ser rebobinada hasta el principio, para disfrutar por fin del disco que más me ha impactado en la primera escucha de toda mi vida.

Un riff acompañado a continuación por una base rítmica que va increscendo desencadena en 'Bombtrack' la primera canción del disco de presentación de la banda de rap metal estadounidense Rage Against the Machine. Recuerdo poner todos mis sentidos profundamente en aquel tema, y observar a mi amigo sonriendo y mover su cabeza arriba y abajo, al compás de aquel ritmo que me sigue pareciendo un cañón para empezar un LP. El tema termina, y te sabe a poco, pero a continuación, aparece uno de sus himnos, 'Killing in the Name' y te hacen entrar en su universo impresionante. Desde ahí hasta el final, todo es goce, el nivel del álbum roza la perfección, y aunque a alguien le pueda parecer anodino, a mi me impactó como pocos discos lo han hecho, y he escuchado bastantes. Si, RATM, formados por Zack de la Rocha, Tom Morello, Tim Commerford y Brad Wilk, son ya leyendas del rock contemporáneo, y gracias a ellos, miles de grupos existen e intentan imitar su fórmula, sin éxito, por supuesto. En este sentido, pueden estar orgullosos de ser únicos, e incomparables...

Rage Against the Machine. Epic Records.

El 25 de agosto de 2014 salió a la venta Royal Blood, disco homónimo de una banda de puro rock del Reino Unido, compuesta por dos miembros, Mike Kerr, y Ben Thatcher. Unas semanas antes de su lanzamiento, escuché su single 'Little Monster' una magnífica pieza con un ritmo y una energía increíbles. Pocos días después, me llegaron a través de Spotify 'Figure it Out' y 'Come on Over'. Después de escuchar el disco completo, me vino la misma sensación que me produjo aquella sesión de rap metal en casa de mi amigo Ben, hacía ya 22 años, y enlacé inconscientemente estos dos grandes discos por el impacto que me produjeron en su momento, y en la actualidad. Puede resultarte una exageración, quizás lo sea, puedes pensar que no tienen nada que ver, pero para mi si. Con Royal Blood me vuelven esas fantásticas sensaciones, esto me gusta, me hace vibrar, sentirme vivo, y pensar que no todo está perdido en el cada vez más manoseado y devaluado mundo de la música rock. Bandas como estas, que apuestan fuerte por un legado que otros iniciaron hace décadas, y que abanderan un estilo que tiene que perdurar, por nuestro bien. 

Royal Blood. Warner Bros. Records.

Si, a veces hay acontecimientos, detalles, que te hacen tener conexiones del pasado (1992) con el presente (2014) y te proporcionan una grata sensación que aunque parezca insignificante, no lo es. Y aquí seguimos, afinando la oreja, y esperando que alguna banda me permita seguir disfrutando de la música. Termino mi relato gritando lo mismo que en su día hizo el gran Zack de la Rocha para cerrar su álbum, FREEDOM...!!





Un saludo desde el fondo del mar.
Diego Pino